Errores comunes al usar buretas en infusiones: cómo evitarlos
El uso de buretas en infusiones es una práctica común en hospitales y clínicas, especialmente cuando se requiere controlar con precisión el volumen de líquidos administrados al paciente. Sin embargo, pequeños descuidos en su manejo pueden provocar errores que afectan la dosificación o incluso comprometen la seguridad del tratamiento.
En este artículo te mostramos los errores más frecuentes al usar buretas médicas y las recomendaciones clave para evitarlos en tu práctica diaria.
Errores frecuentes en el uso de buretas médicas
1. No purgar correctamente la bureta
Uno de los errores más comunes es iniciar la infusión sin eliminar completamente el aire del dispositivo. Esto puede generar burbujas en la línea y alterar la cantidad real de líquido administrado.
Solución: asegúrate siempre de purgar la bureta antes de conectar al paciente y verificar que el nivel del líquido esté por debajo del filtro de aire.
2. Llenado excesivo del compartimento graduado
Al superar la capacidad recomendada (generalmente 100 ml), se pierde la precisión en la medición y aumenta el riesgo de desbordamiento o contaminación.
Solución: llena únicamente hasta el volumen marcado por el fabricante y usa la escala graduada para controlar con exactitud el flujo.
3. Uso inadecuado del filtro de aire
Algunos profesionales olvidan abrir o cerrar el filtro según el tipo de infusión, lo que afecta la presión y la velocidad del goteo.
Solución: revisa siempre el estado del filtro de aire de la bureta y ajústalo según el tipo de solución que administras.
4. Falta de esterilidad durante la manipulación
La contaminación cruzada puede producirse al tocar el extremo del tubo o el puerto de conexión sin las medidas adecuadas.
Solución: manipula siempre la bureta médica con guantes estériles y en un entorno limpio.
5. No reemplazar la bureta tras el tiempo recomendado
Las buretas para infusión tienen un tiempo de uso limitado. Si se reutilizan más allá del periodo recomendado, se aumenta el riesgo de contaminación y fallos mecánicos.
Solución: sigue las indicaciones del fabricante y reemplaza los equipos conforme al protocolo del centro médico.
Buenas prácticas para un uso seguro y eficiente
Verifica siempre la compatibilidad del equipo con la solución intravenosa.
Mantén una posición vertical estable de la bureta durante toda la infusión.
Controla visualmente el flujo para detectar cualquier variación en el goteo.
Documenta el volumen exacto administrado y el tiempo de infusión.
Conclusión
El manejo correcto de las buretas en infusiones es fundamental para garantizar tratamientos seguros y precisos. Evitar errores básicos —como no purgar, sobrellenar o manipular sin asepsia— puede marcar la diferencia en la atención del paciente.
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